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El poder de la sensibilidad

Sensible a las sutilezas

La habilidad para poder discernir o apreciar las cosas sutilmente es una de las características más importantes del principio de la sensibilidad.

Probablemente, éste debe ser el motivo por el cual todas aquellas personas con alta sensibilidad suelen ser sensibles a lo artístico y a lo creativo.

La Sensibilidad tiene una enorme fuerza, hay que entender esto, no es una fuerza física, de gran poderío muscular, no es eso. La Sensibilidad cuenta con un valor muy potente que llamaremos entrega. Normalmente una persona con alta sensibilidad en algún campo de expresión de la experiencia se inicia una entrega total a todo lo que eso representa. Es importante que toda esta fuerza de entrega tenga en la persona un significado. Por lo tanto la visión del significado a nivel espiritual es algo que irá despertando en la persona para calmar el dolor y el sufrimiento..

Allí donde el PAS se entrega lo hará sin límites, o no aceptará los límites. Es la fuerza que dice: "nada se va interponer en mi camino por alcanzar esos sueños". 

Sensible a la UNIDAD

Normalmente la persona altamente sensible ansía vivir un tipo de vida idealizado y, a menudo, también anhela convertirse en alguien "especial", ya que, de alguna forma, desea poder llegar a alcanzar lo Divino. Con frecuencia, las personas altamente sensibles suelen ser soñadoras. Es una posición inclinada al "refinamiento" y al alejamiento de todo cuanto pueda resultar común, tangible y concreto.

La sensibilidad siempre intenta elevar e idealizar cualquiera de los puntos con los que entre en contacto. Pero al idealizar las experiencias, al mismo tiempo, la sensibilidad también nos aleja de la realidad de esa determinada situación. Cuando la sensibilidad entra en contacto con la actitud es un deseo de idealizar, así como de embellecer  sus propias experiencias, haciendo que puedan existir sentimientos de insatisfacción, de pérdida o de confusión sobre uno mismo.

El peligro de desear ser alguien especial hace difícil aceptar los aspectos ordinarios de la vida y por tanto de uno mismo. Esto nos lleva a asociarnos a conductas de dudas y descontento. Es el deseo de ser más, siempre un poco más hace que la persona sensible se va forjando una realidad de fantasía y sobre sus motivaciones y experimentar desilusiones. La distorsión de la realidad. Aferrarse a una falsa realidad.

Los PAS necesitan metas duraderas ante la frustración que vive con alta intensidad. Ya que un error o un problema se vive como el fin del mundo. Este desarrollo de esta actitud cuesta un tiempo conseguirlo. La búsqueda de la Paz espiritual como fuerza de vida es quizás la extensión que necesitan hacer para encontrarse con apoyo dentro de uno mismo.  

La idea de las figura maternal o paternal son casi idealismos inalcanzables, en muchos casos viviendo la posición de víctima en la familia. Así la imagen idealizada es la que se vive como sustituta de la realidad. Sentimientos de lejanía con los padres. ¿Quién es mi padre? ¿Dónde está? Puede ser que el niño PAS sienta que los sueños del padre o la ruta que ha elegido de escape fueron más importante que su propio hijo. Entendiendo que toda ruta lleva a elevarse de la ordinaria realidad.

La desilusión es muy frecuente porque cuesta saber lo que se espera de la vida, de uno mismo o de determinadas situaciones. Este proceso de esperar antes de sentir que la fuerza del yo pueda se vaya mostrando. La clave de la sensibilidad es la espera.

Qué criterio voy a tomar con la realidad. Para el PAS la falta de normas o de reglas establecidas puede llegar a ser realmente útil. Pero también por otro lado pueden llegar a ser profundamente desorientador. Al no existir el concepto de lo que es normal, todo es posible. No existe ninguna necesidad de aceptar los estándares creados por el resto de la humanidad. Si los ideales de la persona altamente sensible son demasiados altos, tanto con respecto a si mismo y a la vida, jamas le parecerá satisfactorio las experiencias que viva. Aquí se pueden ver con claridad la naturaleza de  extremista de la sensibilidad. Cómo va a responder ante esos ideales. o los acepta como vienen o que les nazca el impulso de cambiarlo o mejorarlo.  Se trata de sobrepasar la realidad ordinaria sin dejar que el desencanto los conduzca hacia una forma de escapismo, o que adopten la creencia equivocada de que  todo está bien tal como está.

La consciencia del sufrimiento que hay en el mundo, con las dos posiciones extremas ayudar o escapar de él. La sensación de insatisfacción con la suerte que tienen y les resulta muy difícil decidirse en tomar una dirección. Aceptar la realidad. Es como estar vendiendo en vez de cumplir esa especie de visión que se tiene sobre si mismo o sobre la vida. Aunque quizás la única forma que tiene de cumplir sus sueños  sea precisamente aceptando la situación como viene, así como aprendiendo a manejarla.

Gran parte del problema de de autoaceptación manifestándose de muchas formas distintas. Hay veces que hay una excesiva aceptación ante las situaciones o excesivamente pasiva para hacer algo al respecto. También se puede dar que la persona altamente sensible le cueste aceptarse a sí misma o a la situación. Es decir que existe una cierta aceptación en cuanto a los acontecimientos externos, pero muy poca con respecto a uno mismo. 

La sensibilidad produce un Don que nos da noción de nosotros mismos y de la persona que creemos ser.  Al entrar en contacto con la sensibilidad normalmente no suele existir una clara identidad ni tampoco una gran diferenciación entre uno mismo y los demás. Los límites son amorfos y pueden ser quien quiera que elijan convertirse al igual que un camaleón se adapta a la situación que le rodea. Esta falta de claridad sobre la identidad de la persona puede causar dudas y desánimo. Es difícil adquirir un sentido de identidad y muy complicado saber quien quieren ser. Hay un profundo deseo de ser alguien especial, pero ¿Quién y por qué?

La persona altamente sensible está sedienta de identidad y tiene poca consciencia en cuanto a las limitaciones. Quizás puede vivir la vida de forma indirecta a través de os demás. La clave es infiltrarse en la vida de los demás y no por afectividad sino más porque en el fondo la persona busca parecerse al objeto de su devoción. El devoto siempre intenta parecerse al maestro. Es una necesidad de unirse a los demás y en el fondo unirse con Dios. Hay una gran abertura hacia los demás.

La falta de límites es fundamental para convertir los ideales en realidad. La persona con alta sensibilidad siempre aspira a algo incluso aunque encuentre muy difícil alcanzarlas de forma real. No aceptar ningún límite puede abrir las puertas a un mundo excepcional. Necesita apoyarse en sus propios ideales.

Los Dones de la alta sensibilidad giran en torno al misticismo, porque hay mucho interés en los aspectos intangibles de la vida y comprensivos con lo irracional. Escapar del mundo y encontrarse a si mismos. Transcender y elevarse de la vida ordinaria. Paradójicamente cuando se entregan en cuerpo y alma a  ese ideal encuentran sentido a su propia identidad.

El empleo de lo artístico le ayuda a objetivar su propia psique y a explorar la realidad del mundo y escapar de su dureza. 

Remontando el río de la mente, quizás pueda verse cómo las fluctuaciones en la intensidad del magnetismo hacia afuera o hacia dentro son las que crean los universos aparentemente divergentes de la mente objetiva y de la visionaria.

En la medida de que los sistemas nerviosos puedan tolerar estados de energía cada vez más altos, se revelará la existencia de una realidad completamente diferente.

La inteligencia que observa y la inteligencia que es observada se denudarán la una a la otra, habitando nuevas dimensiones.

La mente es atemporal y crea su propio espacio.

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